LA DISFONIA



La disfonía es la alteración en las cualidades básicas de la voz: tono, timbre e intensidad.

Si se usa la voz de manera inadecuada, además de la disfonía, puede dañarse las cuerdas vocales.


La afonía es la pérdida total de la voz, por lo que habitualmente se presentan disfonías en consulta.


Puede ser por causa orgánica o funcional, y las disfonías funcionales pueden ser hipercinéticas (excesiva tensión en las cuerdas vocales) o hipocinéticas ( poca tensión en el cierre de las cuerdas vocales).




La disfonía se presenta habitualmente por sobreesfuerzo vocal y uso inadecuado de la voz.

Se grita mucho y sobretodo los niños tienden a elevar la voz por encima del ruido.




Si se persiste en forzar la voz pude producirse la formación de nódulos y pólipos en la laringe.

Hay que atender a los siguientes signos de alarma: ronquera persistente en el tiempo, dificultad para hablar al levantarse, si no se oyen los finales de frase, si no se puede hablar a intensidad baja, si llega sin voz de una excursión y de las colonias…



La mejor opción pasa por acudir al especialista otorrinolaringólogo y/o foniatra, quien debe informar sobre el estado actual de la laringe, la existencia o no de formaciones secundarias al sobreesfuerzo.


Así el logopeda puede saber la base orgánica de la disfonía y orientar mejor el tratamiento logopédico de la voz.

Nuestra sociedad favorece la aparición de disfonías por la presencia de polución, ruidos excesivos, ambientes cerrados, excesos de calefacción o aire acondicionado, uso de sustancias tóxicas, mala alimentación, malos hábitos vocales y estrés; por lo que es importante lo siguiente:

-Mantener una buena postura y relajación.
-Hábito respiratorio correcto.
-Técnica vocal adecuada en cualquier circunstancia del habla: intensidad baja, normal, proyección, grito, canción.
-Uso de gesto, vivenciar y comunicar con nuestro propio cuerpo.

Y seguir los siguientes hábitos vocales:
-Beber agua para hidratar la laringe.
-Evitar tabaco y alcohol.
-Respiración nasal.
-No gritar.
-No ingerir ni muy frío ni muy caliente.
-No susurrar.
-Gargarismos de tomillo.
-Comer manzanas que hidratan faringe-laringe.
-Descansar después de realizar un esfuerzo vocal.
-Dormir 8 h. diarias.
-No hablar si se realiza un esfuerzo muscular etc.


Cuando hay lesión orgánica, a veces es necesario tratamiento quirúrgico de la lesión conjuntamente al tratamiento logopédico.

Es básico la detección precoz y el tratamiento para evitar que la disfonía se instaure e impida una buena comunicación, ya que LA VOZ ES NUESTRA CARTA DE PRESENTACIÓN.